VISTA DEL PUENTE

sábado, 30 de enero de 2016

EL LEGADO DEL CONCEJO Y TIERRA DE SEVILLA

Todos sabemos de la importancia de Al-Andalus en nuestro legado patrimonial y que fue en ese momento cuando Sevilla adquiere uno de los momentos de mayor esplendor. También todos sabemos que fue hechizo para que se enamorara reyes como Fernando III o su hijo Alfonso X y que incluso Carlos I decidiera casarse con su prima Isabel de Portugal en el Alcázar. Pues ese patrimonio llegaba hasta lo que hoy es provincia de Badajoz y Huelva.

Aún hasta el día de hoy llega herencia de ese patrimonio, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla. Me refiero a los castillos de Fregenal de la Sierra (Badajoz), Encinasola y Almonaster la Real (Huelva) y el de Utrera (Sevilla).

Hoy os hablaré del Castillo de Fregenal de la Sierra.

Salvo el breve período de tiempo que va de 1283 a 1312, el Castillo y la población de Fregenal pertenecieron al Concejo y Tierra de Sevilla. El Castillo formaba parte de las denominadas "Fortalezas de la Banda Gallega" que protegían al Reino de Sevilla por el noroeste de su vecino el Reino de Portugal.
La orden del Temple ocupó el castillo hasta 1308. En julio del mismo año el rey exigió al Maestre de la orden la entrega de varias poblaciones entre las que se encontraba Fregenal. La orden real no fue acatada y el concejo sevillano se vio obligado a enviar un ejército con el que recobró la villa por la fuerza. 
Al año siguiente, en 1309, en agradecimiento a los servicios prestados al rey durante el asedio de Algeciras, Fregenal es concedido a Gonzalo Sánchez de Troncones, quien mantiene en su poder a la villa hasta su muerte, pasando a partir de entonces al Consejo de Sevilla.
Todavía en el año 1824 ejercía el cargo de Alcaide un caballero veinticuatro de Sevilla. En 1833 la nueva división provincial de Javier de Burgos incluye a Fregenal en la provincia de Badajoz de cuyo Obispado dependió siempre.
Es en este momento cuando se cree que Sevilla coloca en la puerta principal de la Torre del Homenaje una placa formada por soles radiados y estrellas de ocho puntas en los cuadrantes delimitados entre los brazos de una cruz griega central.
En el siglo XVI el castillo sufre un proceso de abandono como consecuencia de un periodo de estabilidad política. Siglos después, los diferentes conflictos bélicos provocaron nuevas obras de fortificación. Por ejemplo, gran parte del almenado actual se fecha durante la Guerra de Independencia contra las tropas francesas.
En la actualidad del Castillo sólo queda parte de la muralla, y el resto lo ocupan tres inmuebles independientes: la Iglesia Parroquial de Santa María, la Plaza de Toros y Plaza de Abastos

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