VISTA DEL PUENTE

martes, 30 de marzo de 2021

LA PILA DEL PATO. LA FUENTE ERRANTE

En mi incesante interés por descubrir rincones sevillanos bonitos para fotografiar, hoy he llegado a la Plaza de San Leandro y en ella, la fuente conocida como La Pila del Pato. Fuente viajera a lo largo de la geografía urbana, quizás sea la más popular y quizás de las más fotografiadas. 

La Plaza de San Leandro se encuentra ubicada dentro del distrito casco antiguo, entre las calles Alhóndigas, Francisco Carrión Mejías, Cardenal Cervantes, Imperial y Amudio. Una plaza arbolada, de la que se sabe que posee ese nombre desde  al menos el año 1409, tomado del convento donde habitan la congregación de monjas agustinas desde 1369 y que ocupa uno de los laterales de la plaza.

De autor desconocido, su origen la encontramos en el año 1833, cuando empieza a fraguar la idea de sustituir la deteriorada fuente de Mercurio construida en 1576 por Bartolomé Morel, en la zona sur de la Plaza de San Francisco. Se tiene constancia fotográfica que en el 1850 ya se encontraba instalada aproximadamente donde hoy por hoy se encuentra la actual fuente de Mercurio, réplica de la primitiva fuente y en su misma ubicación. El objetivo no era solamente ornamental, como hoy la conocemos, si no la de suministrar el agua a la población, agua que venía por los Caños de Carmona.

Pero su tranquilidad duraría poco, unos años después en 1872 la fuente fue trasladada al centro de la plaza. Pero esto generaba mucho incordio al paso de las hermandades durante la Semana Santa y el Corpus Christi y al aumento de vehículos que circulaban por la plaza, por lo que provocó que pronto se le adjudicara una nueva ubicación, por lo que se decidió trasladarla a la zona norte de La Alameda de Hércules.

En 1953 la Pila del Pato, de nuevo es trasladada. Es llevada a la Plaza de San Sebastián, junto a la estación de autobuses y cerca del Prado de San Sebastián. Es quizás aquí donde mas popular se hace entre los sevillanos, tal vez por su proximidad a la antigua ubicación de la feria de abril, que invitaba a que fuera punto de encuentro entre los sevillanos para así disfrutar juntos de los cantes y bailes del recinto. Que estuviera tan cerca de la feria a lo mejor fue lo que le inspirara a Francisco Palacios "El Pali" para que compusiera su sevillana... "En la pila del pato mi arma te he conocio..."


Una reforma urbanística en la zona, donde se prevé la construcción del edificio que albergaría el Palacio de Justicia, hace que en 1966 de nuevo la Pila del Pato tenga que viajar. Una penúltima ubicación sería la Plaza de las Mercedarias y años mas tardes en la Plaza de San Leandro, lugar donde se encuentra en la actualidad.


Como ya hemos dicho, de autor desconocido, está construida en mármol, compuesta por alberca y en el centro se alza un balaustre  que sostienen dos tazas circulares a distinta altura. Destacan los surtidores zoomórficos de la primera taza. El surtidor principal, que corona la fuente, representa un pato y es el que da nombre a esta.





martes, 16 de marzo de 2021

LA TORRE DEL ORO: 800 AÑOS VIGILANDO EL GUADALQUIVIR


Si me pusieran en la tesitura en la que mostrara a Sevilla por tres de sus monumentos, a voz de pronto, diría que serían la Giralda, la Plaza de España y la Torre del Oro. Hoy procuraré acercaros la historia y leyendas de esta torre albarrana de 800 años de edad recién cumplida, de origen almohade y ubicada de lo que fue la orilla izquierda del Guadalquivir, hoy conocido como el Paseo de Cristóbal Colón.

Isbiliya, topónimo de la ciudad en esta época, fue dominio musulmán durante casi cinco siglos y medio, entre el 711 y el 1248. Esta etapa islámica recoge dos periodos cronológicos bien diferenciado, desde el 711 al 1147 donde dominaron los bereberes y desde esa fecha hasta la reconquista cristiana, bajo el dominio de los almohades. Fue en esta época donde Isbiliya alcanza su mayor hegemonía al convertirse en la capital del Al-Andalus.

La Torre del Oro fue construida bajo su orden, cuando Abud El-Olá era el gobernador de Isibiliya, talvez preocupado por posibles invasiones por el Guadalquivir. Por eso  la torre se pensó para que cumpliera dos acometidos, una la de torre vigía, desde la torre podía  contemplarse el río y de quienes llegaban al puerto, siendo el baluarte de la defensa de este y del puente de barcas. Una segunda acometido era como ampliación de la fortificación de la ciudad en la que consideraba su punto más débil. Las obras dieron comienzo el 8 de Marzo de 1220 y finalizarían casi un año después, el 24 de Febrero de 1221 (estos datos están recogidos en las crónicas de Rawd al-Qirtas del historiador árabe del S XIV Ibn Abi Zar). Se encontraba unida por una coracha a la torre de la Plata, también torre albarrana, de planta octogonal y esta a su vez a la torre de Abd El-Aziz, de planta hexagonal, siendo esta última uno de los vértices del entramado defensivo que formaban las mas de 6 kilómetros de murallas y sus más de 150 torres.



Aunque no se tiene claro, algunos historiadores sostienen que la defensa del puerto la completa una cadena gruesa que cruzaba el río e iba hasta otra torre en la orilla derecha.

El origen de su nombre viene de la traducción del árabe Bury al-dahad, en la que hace referencia al brillo dorado que se reflejaba en el agua del río. En la última restauración de la torre en el 2005 se comprobó que ese brillo dorado que se reflejaba en el agua del río se debió al material de construcción usado, ladrillos de mortero, cal y paja prensada y no de un posible revestimiento de azulejos dorados en las fachadas de la torre, como se mantuvo hasta entonces.

Hay historiadores que sostienen que el origen del segundo cuerpo de la torre es de la misma épocas y otros que fue un siglo después, cuando fue construido por orden del Rey Pedro I el cruel en el S XIV. 

Cuenta la leyenda que el rey usaba la torre como lugar recreativo, y que además de contemplar el río lo usaba como refugio de sus amantes, siendo la mas conocida doña Aldonza, hermana de Doña María Coronel. Mientras ellas vivían en la torre, su mujer vivía en el alcázar. Su construcción responde a una planta también dodecágona y el material es de ladrillo tradicional.




El terremoto de Lisboa del 1 de Noviembre del 1755, fue muy virulento, dejándose sentir con gran fuerza en una amplia zona geográfica de Andalucía. Sevilla lo sufrió y uno de las afectadas fue la Torre del Oro.

Esta quedó muy dañada, hasta el punto de ser propuesta para su demolición por el Marqués de Monte Real, con lo que conseguiría un paseo mas amplio para los coches de caballo y al acceso para el puente de barcas hacia Triana. Pero el pueblo sevillano se opuso y terminó con la restauración de la Torre. Es de esta época el tercer cuerpo, exactamente del 1760, de planta cilíndrica y rematada por una pequeña cúpula dorada, obra del ingeniero militar del ejercito español, de origen belga, Sebastián Van der Borcht.

El origen de su nombre ha llevado a la creación de varias leyendas. En el S XVI un cronista de la época, llamado Luis de Pedraza, dice que la torre se encontraba cubierta por azulejos y que con el brillo al proyectarse los rayos solares se veían las fachadas doradas. Este mismo cronista indica que el rey Pedro I guardaba en la torre grandes cantidades de Oro. 

Otra leyenda era fruto de la cercanía de la torre a lo que fue el Muelle de la Aduana. Se llegó a creer que la torre fue utilizada para guardar el oro proveniente de América.  Pero eso no fue así, se guardaba en el cuarto de tesoros de la Casa de la Contratación, hoy Archivo de Indias.


Una leyenda que siempre ha rondado a la torre del Oro y que da origen al escudo de Santander nos traslada al 1248, a la conquista de Sevilla por el Rey Fernando III.

Una primera estrategia del Rey Fernando III fue la de sitiar la ciudad con idea de que no se recibieran del exterior provisiones para el día a día, como comida y así conseguir su rendición. Tras varios meses, vio infructuoso su empeño ya que la ciudad era autosuficiente. Le encarga a Ramón de Bonifaz la tarea de crear una flota con marinos y navegantes del norte, principalmente de Laredo, Castro Urdiales, Santander y Vicente de la Barquera. Una vez puesta en marcha, suben por el Guadalquivir y rompiendo las cadenas entran en el puerto y en la ciudad.

En un principio se creyó la existencia de otra torre en el lado trianero del río, justo a la altura de la actual calle Fortaleza. Pero en las crónicas de la Conquista de la ciudad de Alfonso X solo se habla de una cadena, la que unía las barcas que hacían de acceso al castillo del lado trianero, conocido después como el Castillo de San Jorge.

Una vez conquistada la ciudad, la torre se usó como capilla dedicada a San Isidoro de Sevilla y después como prisión.


Un momento crítico fue en el 1868, coincidiendo con lo que la historia ha llamado la revolución de septiembre y que supuso el destronamiento y exilio de la Reina Isabel II. Una vez mas se vio peligrar la existencia de la torre al ser propuesta su demolición por parte de los revolucionarios. De nuevo el pueblo de Sevilla, por segunda vez en su historia, se opuso a tal evento y logró que se detuviera su desaparición.

Ya como últimos datos diré que en 1931 es declarada monumento histórico-artístico y que a propuesto del Patronato del Museo Naval, el 21 de Marzo de 1936 se dispone la instalación de un Museo Naval, por orden del Ministerio de la Marina, uso que llega a nuestros días. Es la armada española la propietaria de la Torre del Oro. El 13 de Agosto del 1992 y en el contexto de la Exposición Universal del 92 celebrada en Sevilla, se hermanó con la Torre de Belem en Lisboa

domingo, 7 de marzo de 2021

SANTAS JUSTA Y RUFINA: LA LEYENDA


Justa y Rufina eran dos hermanas, alfareras de oficio, que nacieron en lo que hoy es el barrio de Triana en el 268 y 270 respectivamente.

Eran hijas de cristianos clandestinos ya que por aquella época Híspalis vivía bajo el dominio del Imperio Romano y siempre que lo necesitaban sus vecinos, recurrían a ellas para su socorro.

Una mañana del mes de Julio se celebraba la fiesta en honor a Venus, recordándose la tristeza de esta ante la muerte de su amado Adoris. Las mujeres salían portando la imagen en unas parihuelas de su ídolo a hombros e importunando a todos para que contribuyeran con cuantiosas limosnas. Llegaron a la puerta del taller donde se encontraban las hermanas trabajando y una de las mujeres le pidió su contribución. Justa y Rufina se negaron por ser una fiesta pagana, ante la negativa la mujer procedió a romperles las vasijas de barro. Las hermanas enfadadas respondieron empujando la parihuela, cayendo el ídolo y rompiéndose en mil pedazos.

Llegó a oídos de los hechos a Diageniano, preceptor de la ciudad a las que las llamó a su presencia y les ofreció renunciar de su fe a cambio de no ser encarceladas. Las hermanas se negaron, por lo que no solo fueron encarceladas si no que fueron torturadas hasta llegar a su muerte. Justa murió el 17 de Julio del 287 y dos días después su hermana Rufina.

Los cuerpos fueron recuperados por el Obispo Sabino, dándoles sepultura  en la Ermita que erigió junto a la Puerta de Córdoba, donde hoy se encuentra el Convento de los Capuchinos.

El cuadro de la fotografía perteneció a la colección de Bellver, donado a la ciudad de Sevilla y que se encuentra expuesto en la Casa Palacio de Fabiola, sito en la calle del mismo nombre. Es una réplica del cuadro Santas Justa y Rufina de Murillo, que lo encontramos en el museo de Bellas Artes de Sevilla.

El óleo original de dimensiones 200x176 cms vemos a Justa y Rufina, la primera portando una palma, símbolo del martirio y entre sus manos sujetando a la Giralda. A pie del cuadro vemos unos cacharros de barro, símbolo de su oficio de alfareras. La obra data de 1666.

Santas Justa y Rufina casi siempre aparecen sujetando a la Giralda. Cuenta la leyenda que en el terremoto de Carmona de 1504, donde aparecieron para sujetar a la torre y esta no se derrumbara.