Si me pusieran en la tesitura en la que mostrara a Sevilla por tres de sus monumentos, a voz de pronto, diría que serían la Giralda, la Plaza de España y la Torre del Oro. Hoy procuraré acercaros la historia y leyendas de esta torre albarrana de 800 años de edad recién cumplida, de origen almohade y ubicada de lo que fue la orilla izquierda del Guadalquivir, hoy conocido como el Paseo de Cristóbal Colón.
Isbiliya, topónimo de la ciudad en esta época, fue dominio musulmán durante casi cinco siglos y medio, entre el 711 y el 1248. Esta etapa islámica recoge dos periodos cronológicos bien diferenciado, desde el 711 al 1147 donde dominaron los bereberes y desde esa fecha hasta la reconquista cristiana, bajo el dominio de los almohades. Fue en esta época donde Isbiliya alcanza su mayor hegemonía al convertirse en la capital del Al-Andalus.
La Torre del Oro fue construida bajo su orden, cuando Abud El-Olá era el gobernador de Isibiliya, talvez preocupado por posibles invasiones por el Guadalquivir. Por eso la torre se pensó para que cumpliera dos acometidos, una la de torre vigía, desde la torre podía contemplarse el río y de quienes llegaban al puerto, siendo el baluarte de la defensa de este y del puente de barcas. Una segunda acometido era como ampliación de la fortificación de la ciudad en la que consideraba su punto más débil. Las obras dieron comienzo el 8 de Marzo de 1220 y finalizarían casi un año después, el 24 de Febrero de 1221 (estos datos están recogidos en las crónicas de Rawd al-Qirtas del historiador árabe del S XIV Ibn Abi Zar). Se encontraba unida por una coracha a la torre de la Plata, también torre albarrana, de planta octogonal y esta a su vez a la torre de Abd El-Aziz, de planta hexagonal, siendo esta última uno de los vértices del entramado defensivo que formaban las mas de 6 kilómetros de murallas y sus más de 150 torres.
Aunque no se tiene claro, algunos historiadores sostienen que la defensa del puerto la completa una cadena gruesa que cruzaba el río e iba hasta otra torre en la orilla derecha.
El origen de su nombre viene de la traducción del árabe Bury al-dahad, en la que hace referencia al brillo dorado que se reflejaba en el agua del río. En la última restauración de la torre en el 2005 se comprobó que ese brillo dorado que se reflejaba en el agua del río se debió al material de construcción usado, ladrillos de mortero, cal y paja prensada y no de un posible revestimiento de azulejos dorados en las fachadas de la torre, como se mantuvo hasta entonces.
Hay historiadores que sostienen que el origen del segundo cuerpo de la torre es de la misma épocas y otros que fue un siglo después, cuando fue construido por orden del Rey Pedro I el cruel en el S XIV.
Cuenta la leyenda que el rey usaba la torre como lugar recreativo, y que además de contemplar el río lo usaba como refugio de sus amantes, siendo la mas conocida doña Aldonza, hermana de Doña María Coronel. Mientras ellas vivían en la torre, su mujer vivía en el alcázar. Su construcción responde a una planta también dodecágona y el material es de ladrillo tradicional.
El terremoto de Lisboa del 1 de Noviembre del 1755, fue muy virulento, dejándose sentir con gran fuerza en una amplia zona geográfica de Andalucía. Sevilla lo sufrió y uno de las afectadas fue la Torre del Oro.
Esta quedó muy dañada, hasta el punto de ser propuesta para su demolición por el Marqués de Monte Real, con lo que conseguiría un paseo mas amplio para los coches de caballo y al acceso para el puente de barcas hacia Triana. Pero el pueblo sevillano se opuso y terminó con la restauración de la Torre. Es de esta época el tercer cuerpo, exactamente del 1760, de planta cilíndrica y rematada por una pequeña cúpula dorada, obra del ingeniero militar del ejercito español, de origen belga, Sebastián Van der Borcht.
El origen de su nombre ha llevado a la creación de varias leyendas. En el S XVI un cronista de la época, llamado Luis de Pedraza, dice que la torre se encontraba cubierta por azulejos y que con el brillo al proyectarse los rayos solares se veían las fachadas doradas. Este mismo cronista indica que el rey Pedro I guardaba en la torre grandes cantidades de Oro.
Otra leyenda era fruto de la cercanía de la torre a lo que fue el Muelle de la Aduana. Se llegó a creer que la torre fue utilizada para guardar el oro proveniente de América. Pero eso no fue así, se guardaba en el cuarto de tesoros de la Casa de la Contratación, hoy Archivo de Indias.
Una leyenda que siempre ha rondado a la torre del Oro y que da origen al escudo de Santander nos traslada al 1248, a la conquista de Sevilla por el Rey Fernando III.
Una primera estrategia del Rey Fernando III fue la de sitiar la ciudad con idea de que no se recibieran del exterior provisiones para el día a día, como comida y así conseguir su rendición. Tras varios meses, vio infructuoso su empeño ya que la ciudad era autosuficiente. Le encarga a Ramón de Bonifaz la tarea de crear una flota con marinos y navegantes del norte, principalmente de Laredo, Castro Urdiales, Santander y Vicente de la Barquera. Una vez puesta en marcha, suben por el Guadalquivir y rompiendo las cadenas entran en el puerto y en la ciudad.
En un principio se creyó la existencia de otra torre en el lado trianero del río, justo a la altura de la actual calle Fortaleza. Pero en las crónicas de la Conquista de la ciudad de Alfonso X solo se habla de una cadena, la que unía las barcas que hacían de acceso al castillo del lado trianero, conocido después como el Castillo de San Jorge.
Una vez conquistada la ciudad, la torre se usó como capilla dedicada a San Isidoro de Sevilla y después como prisión.
Un momento crítico fue en el 1868, coincidiendo con lo que la historia ha llamado la revolución de septiembre y que supuso el destronamiento y exilio de la Reina Isabel II. Una vez mas se vio peligrar la existencia de la torre al ser propuesta su demolición por parte de los revolucionarios. De nuevo el pueblo de Sevilla, por segunda vez en su historia, se opuso a tal evento y logró que se detuviera su desaparición.
Ya como últimos datos diré que en 1931 es declarada monumento histórico-artístico y que a propuesto del Patronato del Museo Naval, el 21 de Marzo de 1936 se dispone la instalación de un Museo Naval, por orden del Ministerio de la Marina, uso que llega a nuestros días. Es la armada española la propietaria de la Torre del Oro. El 13 de Agosto del 1992 y en el contexto de la Exposición Universal del 92 celebrada en Sevilla, se hermanó con la Torre de Belem en Lisboa