VISTA DEL PUENTE

domingo, 22 de enero de 2023

ESPERANZA DE TRIANA, LA LEYENDA


Hoy os traigo a la calle Pureza en el barrio de Triana, concretamente a la Capilla de los Marineros, donde podemos contemplar a la reina de Triana en su altar. La Esperanza de Triana es una imagen muy popular, archiconocida y de gran fervor. La imagen, tras sufrir varias restauraciones e incendio, de 1,70 m de altura, conserva de la original el cuello y el cuerpo, respondiendo a las características formales de las imágenes del S. XVII. La obra fue atribuida al escultor Juan Astorga, pero esa atribución probablemente se debió al resultado que realizó tras la restauración que llevó a cabo en 1816 en la imagen. Actualmente está en revisión su autoría. Todo se podría resumir a lo que Eugenio Noel llegó a escribir en 1916: "Diga oste, Zeño que eza Virgen no la iso nadie; tiene en zu cuerpo un peaso de cada trianero"

Su popularidad y fervor entre los trianeros y los sevillanos, hace que le rodee múltiples vivencias y leyendas ligadas a ella, popularidad que traspasa a fronteras universales. Hoy os quiero contar una leyenda ligada a la Esperanza, que como toda leyenda algo de verdad tendrá y de la que me ha sobrecogido al conocerla.

Para ello nos vamos a trasladar en el tiempo a los años 70 del siglo XX. Un hombre madrileño de posición social distinguida, económicamente bien y afortunado de poseer una buena familia y amigos, quiso venir a conocer la Semana Santa de Sevilla. Quien le empujó a tal fue la insistencia de su hijo de 15 años de querer ver a la Esperanza de Triana en la Madrugada del Viernes Santo, ya que la había visto en fotografías anteriormente y quería verla procesionar.


Llegan a una de nuestras calles sevillanas en primavera dentro del itinerario de la procesión. Al paso de la Señora sube el clamor y el entusiasmo de los allí presentes y de produjo los gritos de !Guapa! y  los múltiples aplausos a cada paso de los costaleros, con la gracia que solo ellos saben hacer, portando a la Reina de Triana en su trono. Esos momentos provoco sensaciones contrapuestas entre el padre y el hijo, mientras que el niño estaba feliz y maravillado llegando a considerarlo como un momento prodigioso, el padre no dejaba de pensar que se trataba de puro fanatismo y partidismo de algunos de los allí presentes. Pero entonces paso algo, procedió el padre a mirar fijamente la cara de la Virgen y vio caer sobre sus mejillas lagrimas de verdad.
- "Lo has visto, como llora de verdad". Le dijo el padre al hijo.
- "Son lágrimas de cristal, debe de tratarse de una ilusión óptica provocada por el humo y el calor de la cancelería del paso". Le contestó el hijo.


 Regresaron a Madrid y al poco tiempo su hijo fallecía de una grave enfermedad. No hubo desconsuelo para el padre.

Llegado las fechas de la Semana Santa, volvió a Sevilla y de nuevo en la noche del Viernes Santo, volvió a ver procesionar a Ntra. Sra. de la Esperanza. Cuando apareció en su Palio la Virgen, rompió a llorar, acordándose de la felicidad de su hijo el año anterior al verla. La volvió a mirar a la cara y en esta ocasión contempló como la Virgen le sonreía. En ese momento le pareció la imagen mas bonita del mundo y con esa sonrisa sintió que le decía "Tu hijo está  Conmigo"