VISTA DEL PUENTE

domingo, 2 de septiembre de 2018

BECQUER Y SEVILLA

El pueblo sevillano nunca se ha olvidado de aquellos que de una forma u otra pertenecieron a esos ilustres de nuestra ciudad que con su arte supieron engrandecer nuestro patrimonio cultural. 

Ya os hablé de Martínez Montañés, por ejemplo, como Sevilla le reconoce su trabajo y a través de los monumentos que vemos en nuestros paseos diarios, de una forma u otra es homenajeado en mucho de los rincones de la ciudad.

Hoy os voy a mostrar como Sevilla tampoco se olvidó de otro de sus hijos, del poeta Gustavo Adolfo Becquer. Son con cuatro los monumentos que a lo largo del tiempo, Sevilla le reconoce su trabajo y con ello le demuestra lo que fue, uno de sus hijos.

El primero de los monumentos homenaje a Becquer lo vemos junto a la Avendia de Bécquer, en el Parque de María Luisa, donde está situada la glorieta del mismo nombre y cuyo monumento es, sin duda, el mas apropiado para adonar un jardín tan romántico como es dicho parque. 



La idea de concebir dicho monumento fue de los dramaturgos y también sevillanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero. El proyecto fue presentado por el escultor Lorenzo Coullaut Valera en  Madrid en el 1910, en la Exposición Nacional de Bellas Artes. 


Ese mismo año, el 23 de noviembre, se estrena en el Teatro Lara de Madrid, la obra escrita por los hermanos Alvarez Quintero titulada "La rima eterna, comedia de plácido sueño y de honda poesía". Obra inspirada en la rima IV de Bécquer.


Con los beneficios de la representación de dicha obra, además de otras aportaciones populares y el proyecto de Coullaut Valera se realiza el monumento que conocemos y que fue inaugurado el 9 de diciembre de 1911.

Para ver el segundo monumento que Sevilla le dedica a Becquer nos tenemos que ir a casi las afueras de Sevilla. Pero no es casualidad que esté allí. Me refiero a la Barriada de las Golondrinas y concreto junto a la Venta de los Gatos y cerca al monasterio de San Jerónimo de Buenavista, lugares muy ligado al poeta, donde solía frecuentar y de los que hace referencia en su obra Rimas y Leyenda.

"Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán"



Cuando en 1962 se recoge en los planes de reurbanización de la ciudad, la zona cercana a la Venta de los Gatos, comienza la planificación para la construcción de una nueva urbanización de viviendas.

Por todo lo que representa para Becquer la zona, la constructora decide montar este monumento en la glorieta de entrada a la barriada desde la Avd. de Sanchez Pizjuan


El monumento está formado por un pedestal de hormigón sobre el que se sitúa el busto de Becquer, realizado en bronce. En el pedestal de hormigón mas que verse, se intuye el nombre de la barriada. El conjunto deja espacio para zona ajardinada y limitado por una pequeña reja metálica. 

El busto fue realizado por Antonio Illanes Rodríguez

Para ver el tercer monumento nos vamos a ir al arrabal mas antiguo de la ciudad, sí Triana. En concreto a la puerta del Instituto de enseñanza Secundaria que lleva el nombre del poeta situado en la calle López de Gomara



Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Gustavo Adolfo Becquer, el director de por entonces, de dicho instituto que lleva el nombre del poeta, D. Fernando García, encarga al escultor Enrique Ramos Vega la construcción de dicho monumento para la celebración de dicha efemeride.



El monumento está formado al fondo por un panel de piedra, con relieves de distintos niveles donde vemos representado la imagen de Becquer. Sobre la plataforma y delante del panel podemos ver un pedestal de mármol en el que descansa  unos libros abiertos y unas manos humanas de bronce, donde queda simbolizada la producción literaria del poeta.


Para comprender el cuarto monumento que Sevilla le dedica a Becquer, nos vamos a ir a dos fechas, una a 1863 y otra al 2013. Gustavo Adolfo Becquer, durante parte de su vida padeció tuberculosis, enfermedad que por entonces no tenía cura. En una de sus recaidas, en 1863, se traslada a vivir al monasterio de Veruela, Zaragoza a pie del Moncayo y donde el aire puro de la sierra era conocido como metodo de curación de dicha enfermedad. 




Allí escribe su obra "Cartas desde mi celda". En una de esas cartas, en concreto la carta 3, escribe que le gustaría que cuando llegar su muerte, el pueblo de Sevilla le reconociera con una cruz de piedra blanca, en su base su nombre y situada junto al rio Betis. 




Y así fue, el 10 de Abril del 2013, promovido por Luigi Maráez, presidente de la Asociación "Con los Becquer en Sevilla" y para celebrar el centenario del traslado de los restos del poeta a Sevilla, inaugura el monumento.




La cruz está situada a la entrada del Parque del Alamillo, junto a la pasarela que cruza el río desde San Jerónimo y con vistas al monasterio.

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