VISTA DEL PUENTE

martes, 22 de abril de 2025

LA PINTURAS MURALES DE LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES DEL PRADO

A finales de los años 30 del siglo pasado, con idea de eliminar el crecimiento del tránsito por el centro de la ciudad de autobuses de transportes a las localidades cercanas a Sevilla, el Ayuntamiento planteó la necesidad de construir una estación de autobuses.

El lugar elegido una gran parcela al sureste extramuros, en terrenos del Prado de San Sebastián y a un paso del rectorado de la Universidad Hispalense, Puerta Jerez, Parque de María Luisa, zona monumental de Sevilla y de la antigua estación de trenes San Bernardo (conocida como la estación de Cádiz). La parcela con forma rectangular limitado por lo que hoy es la Plaza de San Sebastián en su orientación oeste y donde encontramos la entrada principal peatonal a la estación, la calle Otto Engelhardt en su orientación norte (allí encontramos la puerta de entrada de autobuses), la calle Diego de Riaño en su orientación este y la calle José María de Osborne en su orientación sur (en esta calle se encuentra la salida de los autobuses).


Las obras fueron encargadas al arquitecto Rodrigo Medina Benjumea en el año 1938, finalizando estas en el 1944. Se corresponde con un diseño muy simple, donde  combina el uso de viviendas y la estación de autobuses. Con una altura de cinco plantas, construida con estructuras de hormigón armado y ladrillos enfoscados y pintados.

Una vez entramos en la estación por su puerta principal vemos el vestíbulo donde se encuentran las taquillas y oficinas de la estación y un gran arco de medio punto que nos invita a salir hacia los andenes.


Si lo atravesamos estaremos en las 24 dársenas donde estacionan los autobuses para la recogida de los pasajeros, cubiertas con un techado sustentadas por dos hileras de 16 columnas cada una y dos galerías a media altura que se usaban para la carga y descarga de los equipajes de la parte superior de los autobuses, hoy obviamente en desuso.


Tanto en su lado norte como en su lado sur (los mas largos de la parcela), están las puertas de acceso y salida de los autobuses a través de unos arcos parabólicos y los cuatro bloques de viviendas de cinco plantas, dos por cada calle (José María Osborne y Otto Engelhardt).


Como puede comprobarse se trata de una construcción sencilla y funcional. Pero lo mas interesante está en el vestíbulo de entrada. Se trata de ocho pinturas murales realizadas por el pintor José Miguel Sánchez Fernández.


José Miguel Sánchez Fernández nació en el Puerto de Santa María (Cádiz) el 1 de agosto de 1900. A los ocho años ingresa en la academia local de pintura y dibujo. Cuando tenía 17 años se traslada a Sevilla, recibiendo formación de maestros como Virgilio Mattoni, Rico Cejudo, José Gestoso y Gonzalo Bilbao, entre otros, en la escuela de Artes y Oficios. Recibiendo clases de dibujo en la Sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano, conoció a Gustavo Bacarisas, con quien completó su formación y con quien mantuvo lazos de amistad. En nuestra ciudad desarrolló su carrera artística, falleciendo el 28 de julio de 1973. 


De su obra como ceramista han llegado a nuestros días la Glorieta de Ofelia Nieto (en el Parque de María Luisa). Como cartelista son suyos los carteles encargados por el ayuntamiento de Sevilla para la fiestas de Primavera de los años 1925, 1929, 1931,  1942 y 1944 y el Cartel de Semana Santa de Sevilla de 1948. 


Algunos de estos carteles están expuestos en el Museo de Artes y Costumbres Populares. También podemos ver en este museo la obra sobre lienzo "La lección de los Seises", donde se ve los niños en el en el coro de la catedral ensayando el baile litúrgico. 


Otro cuadro de caballete de este autor lo encontramos en el museo de Bellas Artes, "Retrato de Reyes Lallena", su esposa.

Pinturas murales de este autor lo encontramos en los frescos del altar de las Iglesias de Santa Teresa en la Plaza de las Moradas y en la Capilla del Carmen de la Barriada del Cano; pinturas en los vestíbulos de entrada de los edificios Elcano (en la Avda.de la Raza) o en el edificio Portugal en la calle Marqués de Paradas. Y la que es objeto de esta entrada de mi blog, los murales de la estación de autobuses del Prado.

Para el vestíbulo de la estación dibujó los ocho paneles que os muestro empezando por el de la derecha según entramos en el vestíbulo donde se encuentra las taquillas desde la calle y seguiremos la visión en dirección contraria a las agujas del reloj.

PANEL 1: En la escena vemos a un hombre y mujer en primer término, de espaldas y elegantemente vestidos. Simboliza la despedida de un viajero, como podemos ver están diciendo adiós  al caballero montado en una barca y que se traslada a un velero fondeado en el mar. En el vértice inferior izquierda se encuentra el nombre del autor y el año en el que se pintó.



PANEL 2: En el primer plano del panel vemos un terreno abarracando sobre el que se dibuja un sinuoso sendero y en  cuyo fondo discurre un riachuelo. En el segundo plano del panel encontramos un pueblo costero separado por el mar. La vegetación está representada por plantas crasas y pinos, con tonos azules, verdes, ocres, marrones y rojizos.



PANEL 3: Podemos ver un pequeño camino bordeado por pinos y pitas, que tras dejar  un torreón, nos lleva al poblado. Podemos intuir una ermita de paredes blancas, la iglesia y el castillo. Al fondo el perfil de unas montañas y separado por un río del pequeño pueblo.



PANEL 4: En este panel seguimos viajando y nos invita a cruzar el puente dirección al pueblo situado en la lejanía entre dos colinas. Varias casas blancas encontramos en las lomas camino hasta el poblado.



Sobre el arco que da acceso a los andenes, vemos dibujado el escudo de Sevilla. En el se encuentran  representados el rey Fernando III, conquistador de la ciudad para el reino de Castilla en el 1248 y a su derecha e izquierda encontramos  a San Isidoro y San Leandro, hermanos y obispos de Sevilla. Rodeando al escudo hay una filacteria de color azul y en su parte superior la Rosa de los Vientos con los puntos cardinales



PANEL 5: En un primer plano vemos un muro y una reja entreabierta, donde nos invita a que pasemos a lo que parece ser una finca o parque con arbolado y vegetación, donde abunda las tonalidades azules, ocres y verdes. En un segundo plano vemos lo que parece un acueducto y al fondo el pueblo, donde destaca la torre de una iglesia y el castillo a lo lejos.



PANEL 6: Son dos las escenas que vemos en este panel, separadas por una especie de campiña. La sensación es que estamos en un pequeño mirador donde vemos en el plano mas cercano casas de arquitectura típica andaluza, un árbol y chumberas. Al fondo el poblado con su iglesia y reinando la colina mas alta, el castillo.



PANEL 7: Nuevamente nos encontramos en un mirador donde vemos un típico pueblo andaluz, con casas de paredes blancas y con su correspondiente iglesia. Junto a nosotros, en un primer plano, vemos dos cipreses y un olivo y cerrando el horizonte un cerro y un grupo de nubes azuladas.



PANEL 8: En este panel vemos a una pareja, el parece un pastor descansando bajo un árbol y ella de espalda donde en su mano izquierda sostiene a un pequeño cordero y con su derecha saluda a los viajeros de la diligencia. Completa la escena la vegetación compuesta por arboleda y pitas.


jueves, 20 de febrero de 2025

EL MONUMENTO A LA INMACULADA

 


Seguimos en la plaza del Triunfo y en el centro nos encontramos este monumento dedicado a la Inmaculada. Para entender su existencia nos vamos a trasladar al 8 de Septiembre de 1613 y al desaparecido convento dominico "Regina Angelorum". Se celebraba la misa de la Natalidad de María, la oficiaba el prior de la congregación, llamado Molina y en ella pone en duda de la Concepción de María sin pecado original. Esta homilía abre un gran debate entre los que profesaban la idea maculista, como las ordenes de frailes dominicos y los inmaculistas como los franciscanos y jesuitas y gran parte de la feligresía sevillana.

El 29 de Septiembre de 1615 la Hermandad de Jesús Nazareno "El Silencio" y a iniciativa de el hermano mayor Tomás Pérez, consiguió que todos los  hermanos hicieran voto y juramento de "creer, proclamar y defender hasta derramar su sangre si preciso fuere, que María Santísima fue concebida sin pecado original".

Aprovechando esa batalla levantada en la ciudad por el debate "mácula" o "sin mácula" y en el que una mayoría de la población la defendiera, el arzobispo de Sevilla Pedro de Castro, propone y consigue que los dos cabildos de la ciudad, el civil y el eclesiástico, juraran en 8 de Diciembre de 1617 por la defensa de María concebida sin pecado original. 


Algunos años después se creará una delegación encabezada por la Hermandad del Silencio que partirán hacia Roma con el objetivo de proponer al Santo Padre Paulo V que promulgarse el dogma inmaculista. Aunque regresaron a Sevilla sin el objetivo cumplido, si obtuvieron una bula papal en la que prohibía en público la defensa de las tesis maculista. Será el Papa Pio IX (pionono) el que al final promulgue el dogma inmaculado el 8 de Diciembre de 1854. Lo que si es cierto es que no existe testimonio bíblico de que indique de que María se concibiera sin macula, es la divinización posterior la que crea tal idea. 

Nos acercamos al 1917, año en el que se alcanza el tercer centenario en el que ambos cabildos habían jurado por la defensa del dogma. Por lo que el 2 de Febrero de ese año el sacerdote José Sebastián Bandarán daría la noticia pública del permiso concedido por el ayuntamiento para erigir un monumento a la Inmaculada en la Plaza del Triunfo para celebrar tal efeméride. Previamente se había creado una comisión de ejecución formados por Ramón Ibarra González en el cargo de presidente de la comisión, Manuel Rojas Marcos, vicepresidente; José Diaz Molero, tesorero; José María López-Cepero Muru, secretario y José Sebastián Bandarán, vicesecretario. Se abre una suscripción popular para sufragar el monumento, de la que se obtiene una recaudación de 102.952,52 pesetas. Con este dinero se sufragaría todos los gastos del monumento incluido los honorarios del escultor y sobrarían 4.354,90 pesetas que se emplearían para la iluminación del monumento.

Por aquellas fechas la ciudad vivía los preparativos para la celebración de la Exposición Iberoamericana del 29, por lo que Sevilla vivirá una gran transformación urbana, sobre todo en la zona Sur de la ciudad, lugares elegidos para la celebración del evento. Esta transformación también incluirían al Barrio Santa Cruz y a la Plaza del Triunfo. La reurbanización de la plaza vendría de la mano de Juan Talavera Heredia, arquitecto del ayuntamiento y en el que la nueva distribución del espacio incluiría al monumento en su centro.

El diseño del monumento será encargo al arquitecto José Espiau y Muñoz, presentando seis bocetos, siguiendo las premisas que se recoge en los documentos realizados para ello y que recogía lo siguiente:
"El monumento arrancará del suelo con una gradería de tres peldaños, descansando sobre estos los basamento del monumento, que es prismático de sección cuadrada, con molduras de base y prolongación; encima de él van cuatro pilastras de orden jónico con entablamento de base cuadrada. 

En el basamento van adosadas cuatro estatuas que representarán a Murillo, Martínez Montañés, Miguel del Cid y al Padre Juan de Pineda. 





Sobre el entablamento estará el grupo que corona el monumento y que representa a la Inmaculada rodeada de ángeles, conforme al cuadro de Murillo, que está en París, titulado La Concepción grande del Louvre.

Rodeará al monumento un pequeño jardín que estará cercado por un cerramiento que ha de llevar cuatro cartelas decorativas. La del frente dedicada a S.S. Pío IX; la posterior llevará el escudo de la ciudad y la dedicatoria del monumento, y las laterales los nombres de los sevillanos que se distinguieron por su fervor a la Inmaculada.

La altura total del monumento será de algo más de 16 metros y el cerramiento formará un cuadrado de 8 metros 50 centímetros de lado. El grupo de la Inmaculada será de mármol blanco de Italia; el entablamento y pilastras de piedra azulada de Murcia; el basamento de piedra Almorquí; las cuatro estatuas también de piedra azulada de Murcia, y los tres peldaños del cerramiento serán de mármol de color de Sierra Elvira"

La Inmaculada fue realizada por el escultor Lorenzo Coullaut Valera, según las indicaciones, se inspiró en el cuadro que pintó Murillo para el hospital de los Venerables. El cuadro fue llevado a París tras la invasión francesa en España (en el 1917 fecha del encargo del monumento se encontraba en el Louvre), expuesto en el museo de Louvre, y adquirido por el museo del Prado en 1963.

   

Los cuatros personajes de la base, el jesuita Juan de Pineda, el escultor Martínez Montañés, el escritor Miguel Cid y el pintor Bartolomé Murillo, son obras de Lorenzo Coullaut Valera también. Estos personajes fueron grandes defensores de la Inmaculada Concepción.

Para completar el monumento en las esquinas del basamento donde se encuentran los cuatros personajes, se puede ver cuatro paneles de piedra con lozas de mármol en el que se ve grabados textos y nombres.





Las obras dieron comienzos en agosto de 1918, con la colocación de la primera piedra, piedra en la que se introdujo el listado de los mil setecientos sesenta nombres que con su donación fue posible el monumento. La inauguración y bendición le correspondió al arzobispo de Sevilla, Enrique Almaraz Santos, el 8 de diciembre de 1.918.

lunes, 10 de febrero de 2025

EL TEMPLETE DEL TRIUNFO

Hoy quiero presentaros la Plaza del Triunfo de Sevilla. Esta plaza tiene la peculiaridad de que sirve de unión o separación, según se vea, de los tres edificios patrimonio de la humanidad con la que cuenta Sevilla, la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcazar. Cerrando la plaza en su lado este, encontramos un cuarto edificio, de la época del S. XIV cuyo origen fue lo que se conoció como el hospital del Rey, este edificio pasó a ser en1929 la sede de la diputación de Sevilla y hoy la Casa de la Provincia.

Oficialmente pasa a llamarse como la Plaza del Triunfo en 1845, con anterioridad era conocida como la Plaza del Hospital del Rey, la Plaza de la Lonja, la Plaza del Alcázar o la Plaza del Corral de los Olmos, según se tomara como referencia los edificios colindantes. Según Álvarez Benavides estos nombres no eran extendido a la totalidad de la plaza, si no mas bien a los espacios cercanos a los edificios limítrofes. Un nombre muy usado fue la Plaza de los Cantos, en el que según Santiago Montoto este nombre lo recibió ya que se usaba como acopio de las piedras traídas de las canteras para la construcción de la Catedral.

El origen del nombre de la plaza es un pequeño monumento con la imagen de una Virgen con un niño en brazo y que se encuentra en la zona oeste, a la espaldas de la entrada principal del Archivo de Indias. Este monumento se erige en 1756 después de un hecho histórico acontecido en la ciudad el 1 de Noviembre de 1755. Cuando era alrededor de las 10 de la mañana de ese día, un gran terremoto, bautizado como el de Lisboa ya que fue ella la ciudad mas castigada por el seísmo, sacude Sevilla durante varios minutos, produciendo un fuerte temblor en la ciudad, un sonido ensordecedor y un pánico generalizado en toda la población. Era el dia de los Santos Difuntos y como día de precepto para los católicos se estaba oficiando la misa en el interior de la Catedral. Todos los celebrantes salieron despavoridos hacia el exterior y en un gran número se amontonaron en el lugar donde hoy ocupa este templete. Se trasladó el altar a ese lugar y se finalizó la misa. Para dar gracias de que no ocurriera desgracias humana entre los que oían misa en su interior y de que no sufriera  la Catedral grandes desperfectos, al terminar la liturgia se procedió a una procesión acompañado por un Tedeum.


La conclusión de la misa en ese lugar hizo que el lugar adquiriera valores religiosos y se convirtiera en un lugar sagrado. La única manera de preservar ese sentido religioso del lugar era con la construcción de un monumento que conmemorada el triunfo del poder religioso sobre las fuerzas naturales. La erección de dicho monumento es aprobado por el Cabildo Catedralicio el 28 de dicho mes y consistiría en un pedestal piramidal, con una imagen y unas lápidas en la que se contara en latín y castellano lo sucedido en el lugar. La imagen al final fue donación de Carlos Verxel y que el arzobispo de la ciudad del momento le dio la advocación de Ntra. Sra. del Patrocinio. 


Tanto el primer proyecto del monumento que fue aprobado por el Cabildo el 30 de Marzo de 1756,  como las siguientes modificaciones sufridas por el monumentos, son obras del maestro mayor de la Catedral, José Tomás Zambrano. Una de las modificaciones que sufrió el monumento fue exigido por la ciudad en abril de 1756, que exigió que no fuera lo mas bajo posible para que no molestara a la vista la hermosura de la lonja y para que no disonase a dicha plaza. El proyecto definitivo es aprobado por el Cabildo el 10 de mayo de dicho año, por lo que a finales de ese mes empezarían las obras. El Triunfo se estrenó el 31 de Octubre.

Para la construcción se trajo mármol de las canteras de Estepa y se le pagaron 166.228 maravedíes a José Herrera por la saca y traslado de la piedra. A Juan Mencía, maestro herrero se le encargó la reja, cerradura y cruz, por lo que se le abonó 912.000 reales. Francisco Gutiérrez fue el encargado de fabricar los cuatro faroles con su vidrios y rejillas, `por los que sus honorarios ascendieron a 40.800 maravedíes. A Juan de la Espada, notario de la fábrica,  se le dio 811.414 maravedíes para que abonase los jornales  y gastos varios derivados de la construcción.


El monumento descansa sobre un podio de tres escalones. De el parte un pedestal primatico con unas lápidas con líneas curvilíneas, en cada uno de sus lados. En la lápida frontal encontramos esculpida la siguiente leyenda en la que cuenta lo ocurrido aquel día:

"Sábado, 1 de Nov. Año 1755 a las 10 de la mañana hubo general y pavoroso terremoto el que se creyó asolada la Ciudad y sepultada a sus moradores en la ruina, pues se estremecieron violentamente los edificios cayendo algunos y parte de las iglesias. En la Patriarcal con espantoso horror llovieron parte de sus bóvedas, cayeron pilares en los elementos de su Torre. Siendo sin número el concurso nadie se sintió lastimado. En toda Sevilla solo 6 personas parecieron debiendo las demás sus vidas la Ciudad y su consistencia al Patrocinio de la que es Madre de Dios y Misericordia María Stma. en cuyo honor y perpetuo agradecido momento mandaron poner los Ilmos. Sres. Deán y Cabildo a hacer este Triunpho en el sitio mismo que se dixo la Misa y cantó Sexta en aquel día".


En las lápidas laterales se intuyen, por el mal estado que se encuentran los grabados de dos azucenas idénticas a la que corona la giralda y en la lápida trasera está grabada las imágenes de las Santas Justa y Rufina sujetando la Giralda, símbolos del Cabildo catedralicio. 


Sobre el pedestal se asienta el pilar de tres cuerpos de perfil quebrado y sinuosos movimientos, de estilo barroco. Sobre el pilar el templete, formado por cuatro arcos y cubierto por una bóveda rematado por cuatro jarrones y la cruz patriarcal.



Apoyado al primer escalón encontramos una reja que rodea los cuatros laterales del monumento y en cada esquina un farol.



domingo, 24 de noviembre de 2024

TESOROS ESCCONDIDOS EN EL PARQUE DE MIRAFLORES: EL PUENTE SOBRE EL ARROYO TAGARETE

El arroyo conocido como Tagarete nace en la comarca de los Alcores, este topónimo lo toma cuando llega a las inmediaciones de Sevilla, en su cauce más alto es conocido como Miraflores.

Los primeros metros de su recorrido por el municipio lo vemos junto al barrio de Valdezorra y si siguiéramos su recorrido primitivo bajaríamos buscando Pino Montano, por el Parque Miraflores hacia la calle Arroyo, Amador de los Ríos, José María Moreno Galván, Juan de Mata Carriazo,  giraríamos hacia lo que hoy conocemos como la Avda. de Carlos V para continuar por la calle San Fernando, la Puerta Jerez y así desembocar junto a la Torre del Oro en el Guadalquivir.


Por un lado el avance urbanístico de la ciudad y por otro las constantes riadas que sufría Sevilla por el desbordamiento en épocas de lluvias de este arroyo y de su hermano el Tamarguillo, se planteó que el Tagarete fuera entubado y soterrado. Pero no se logró el objetivo de frenar las inundaciones por lo que se realiza una segunda actuación que consistió el desviar su cauce antes de entrar en el casco urbano. Una primer desvío fue buscando el arroyo Tamarguillo. Hicieron que ambos arroyos confluyeran a la altura del desaparecido puente de la Ranilla y desde allí siguieran el curso hacia el río Guadaira por lo que hoy es la Ronda del Tamarguillo (el proyecto fue del ingeniero Javier Sanz Larumbe en el 1903). Las obras del desvío hacia el Guadaira finalizaron en 1929. 

Pero tras varios días de fuertes precipitaciones sobre la zona, el 25 de noviembre de 1961 se desbordan el Tamarguillo y el Gudalquivir y se inundó las 3/4 partes de la ciudad. Por lo que se plantea un nuevo proyecto para desviar ambos arroyos por el norte de la ciudad, en un nuevo cauce,  hacia el Guadalquivir. Se procedió a la construcción y desvío por un canal que hoy lo podemos ver paralelo a la carretera SE-20 y que lleva a ambos arroyos a la desembocadura en el Guadalquivir en un paraje que se llama Isla de Tercia, ya término municipal de Santiponce.  

Sobre el Tagarete existían al menos nueve alcantarillas o puentes que salvaban el arroyo al paso de los caminos. Uno de los más famosos fue el llamado de la Madeja ya que han llegado fotos hasta nuestros días. Salvaba al arroyo en su paso por la calle por entonces llamada Oriente, hoy Luis Montoto. Este iba paralela a los Caños de Carmona. El único que ha sobrevivido a la destrucción es el que encontramos en el paso del arroyo por la antigua carretera de Miraflores en lo que hoy es el Parque de Miraflores.


A finales del siglo pasado y tras reivindicaciones de vecinos de la zona (la Asociación Cultural y Ecologista comité Pro-parque Miraflores, fundado en 1983), se dan pasos para la la creación de lo que hoy conocemos como Parque de Miraflores y la conservación y declaración BIC de sus restos arqueológicos. En  los movimientos de tierra aparecen restos romanos, los restos de lo que fue la fuente de la Albarrana que surtía de agua al Hospital de las Cinco Llagas, dos norias para abastecer los huertos del Cortijo de Miraflores en la época cuando los Jesuitas eran los propietarios, el antiguo cauce del Tagarete y la susodicha alcantarilla.

Se desconoce la fecha de su construcción, pero la primera noticia que se tiene es del 1627 donde es nombrado en un documento conservado en el Archivo Municipal de Sevilla.

Presenta una estructura simétrica de tres arcos de medio punto, la luz del arco central de 3,5 m y la de los otros dos de 2,5 m.  El el trasdós del arco central convergen las dos rampas del 6% de inclinación que comunica ambas orillas. La técnica de construcción de la estructura combina el muro tapial y el ladrillo.

domingo, 20 de octubre de 2024

LOS CAÑOS DE CARMONA


Los primeros habitantes que se tienen constancia que habitaran lo que hoy conocemos como Sevilla fueron los Tartessos. Vinieron por el Mediterráneo y subiendo por el río Guadalquivir, se establecieron allí donde ya no se sentía el mar. Fueron los que fundaron lo que se conoció con el nombre de Ispal, era el S. IX a de C.. Pueblos como fenicios, griegos y cartaginenses convivieron con los Tartessos. Llegaron atraídos por la extracción de minerales de Sierra Morena. A esta época es lo que se ha conocido como cultura tartésica

Llega el año 206 a. de C. un nuevo pueblo conquista la Península Ibérica, la civilización romana. Hispalis, nombre que dieron los romanos a la ciudad, la catalogan como ciudad de gran relevancia, por su accesibilidad desde el Mediterráneo por el rio Betis, y por su actividad comercial y de intercambios y almacenaje de mercancías. Eso se ve reflejado en un pronto crecimiento demográfico de la ciudad  y consecuencia de este crecimiento, la preocupación de proveer a la ciudad de servicios esenciales, como es el abastecimiento del agua

Una fuente la encuentran a unos 19 kms., en los manantiales que existen en lo que hoy es Alcalá de Guadaira. Descubren en Alcalá de Guadaira un lugar de abundantes manantiales subterráneos a los que extraer el agua. El que mas agua aportaba a Hispalis es el que encontramos bajo los terrenos que hoy se conoce como la Urbanización de los Cercadillos de Alcalá de Guadaira, el "manantial de Santa Lucía" llamado así por la ermita ya desaparecida del mismo nombre.

Lugar donde sitúan el manantial de Santa Lucía junto a la Urb. los Cercadillos

Para canalizar este agua construyeron galerías subterráneas aún existentes, creando una red de canalizaciones, tipo galerías, de varios kilómetros que transcurren por debajo de la actual Alcalá de Guadaira y así llevarla hacia Híspalis. Paralelo fueron necesarios la construcción de unos pozos, llamadas lumbreras, que se utilizaron para el desalojo del material rocoso que fueron extrayendo en la construcción de las galerías y que luego se usaron para el acceso a esas galerías y así realizar los trabajos de mantenimientos y limpieza. Una vez superado el desnivel subterráneo el agua pasaba a cielo abierto y transportada a través de un acueducto hasta Híspalis. El agua veía luz a la altura de lo que hoy es el Polg. Ind. la Red.

Restos de estas lumbreras (Alcalá de Guadaira)

Restos de estas lumbreras (Alcalá de Guadaira)

Restos de estas lumbreras (Alcalá de Guadaira)

Se cree que fue el mismo  Julio César el que ordena su construcción entre los años 68 y 65 a. de C., aunque la verdad poco se sabe del acueducto en esta época. El agua fue transportada como he dicho anteriormente, desde el manantial de Santa Lucía en Alcalá de Guadaira, construyendo galerías subterráneas y un acueducto de unos 12 kms hasta llegar al "Castellum aquae" (cisterna romana) situada en lo que hoy se conoce como la Plaza de Pescadería. Desde allí se distribuiría el agua al resto de la ciudad a través de tuberías de barro. La capacidad de este depósito llegó a los 1173,28 m³.

Castellum Aquae situado en la Pza. de la Pescadería

El imperio romano llegó a su decadencia en el S. V-VI d. de C.. A Hispalis llegan un nuevo pueblo que se asientan en la ciudad de forma pacífica, los visigodos. El acueducto se abandona y por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento se va destruyendo, terminando con la total desaparición de este.

El siguiente pueblo que llega a la Península Ibérica fueron los musulmanes. Cruzaron el Mediterráneo y conquistaron el territorio al que llamaron Al-Andalus. Ya estamos en el año 712. La primera tribu que se establecen en lo que se conoció como el Al-Andalus fueron los omeyas fundando lo que se conoció como el Califato de Córdoba. Una segunda tribu musulmana empieza a dominar el norte de África y cruzan el Mediterráneo. Se establecen en el Al-Andalus, tras luchas y sometimiento a los omeyas. Con los almohades logra un gran protagonismo Isbilya en el S. XII con la creación del reino Taifas de Sevilla. 

En 1171 llega a ser califa Abu Yacuub Yúsub. Es una época de gran desarrollo para Isbilya propulsor de obras como el puente de barcas, (hoy lo sustituye el Puente de Isabel II), la Mezquita Mayor (hoy Catedral Santa María de la Sede), el alminar (hoy la Giralda) y los caños de Carmona.

Otra obra poco conocida del que no ha llegado a nuestros días, fue el Palacio de la Buhaira, zona de ocio del califa. Alrededor del palacio existían huertos con árboles frutales. Para el mantenimiento de los huertos, le encargó a su Ingeniero al-Hayy-Ya-is que buscara y llevara agua hasta el lugar. Gracias a esto el acueducto vuelve a reaparecer después de que el ingeniero al-Hayy-Ya-is encontrara los vestigios del  antiguo acueducto romano. Y con ello para transportar agua a la residencia de ocio del califa (La Buhaira). Así se recoge en las crónicas de la época "Al-Mann Bil-Imama" escritas por el cronista "Ibn-Sahid Al-Sala".

“Una vez que estuvo consolidado el emir de los creyentes (Abu Yaqub Yusuf), cuidó de hacer llegar el agua para regar la plantación de árboles que tenía en la Buhaira. A la salida de la puerta de Carmona, ya en la vega y en la vía que conduce a esa ciudad, había una antigua huella de la construcción de una acequia que había quedado soterrada, dejando un trazo de piedra que no permitía descubrir de qué se trataba. Se encaminó hacia ella el ingeniero al-Hayy-Ya-is y realizó una excavación en torno a la huella en cuestión. Resultó ser el resto de una conducción por la cual se traía agua a Sevilla desde tiempos antiguos, una de las obras realizadas por los primeros reyes que hubo entre los romanos, de los pasados siglos… El ingeniero Ya is no dejó de excavar con los mineros y los operarios, con los cientos de hombres y de personal a su servicio hasta que la excavación alcanzó el antiguo manantial conocido entre la gente de Sevilla y de sus contornos con el nombre de manantial de al Gabbar, nombre que llevó en tiempos pasados; y he aquí que el agua de aquel supuesto manantial no era de este, sino que procedía de un lugar hendido en la misma trayectoria que seguía la antigua conducción. Entonces cesó de fluir el agua ante la gente, una vez llegada la excavación al mencionado manantial. Por esto y de esta manera comprendió Ya is que había dado con la seguridad, con la conducción subterránea de agua. Y, así, continúo el trabajo hasta encontrar la canalización procedente del río, situada en las cercanías de Alcalá de Guadaira (Qal at Yabir)”.


Aljibe en  El Palacio de la Buhaira donde llegaba el agua desde Alcalá de Guadaira para regar sus huertos y árboles frutales.

El califa pone a disposición del mencionado ingeniero un contingente de hombres que se encargan de la construcción del nuevo acueducto. Su construcción se realizó con ladrillos y constaba de unos 390-410 arcos (el número de arcos varía según el historiador que se consulte). El trazado seguía paralelo a lo que hoy es la A-92, entrando por la Avda. de Andalucía, Luis Montoto y llegando hasta la muralla de la ciudad a la altura de la que fue la Puerta de Carmona (he ahí el nombre del acueducto). A través de unas tuberías de barro incrustadas en las murallas se transportaba hacia el Alcazar y de allí se distribuía al resto de la ciudad. Existía también una bifurcación a la altura aproximadamente donde hoy está el humilladero de la Cruz del Campo hacia  la Buhaira poco documentada. Un 13 de febrero de 1172 llega de nuevo agua a Isbilya desde el manantial de Santa Lucía unos 700 años después.

Canalización incrustada en los restos de muralla almohade de Sevilla (calle Agua)

Canalización incrustada en los restos de muralla Almohade de la ciudad

Canalización incrustada en los restos de muralla Almohade de la ciudad

Llega 1912, entre las protestas de los vecinos del barrio de la Calzada y lo que llamó el Ayuntamiento "dificultad para la expansión de la ciudad", se decide derribarlo conservándose hasta nuestros días tres paños.

El primero en la Avenida de Andalucía a la altura del barrio de Los Pajaritos



Un segundo paño en Luis Montoto a la altura de la calle Jiménez Aranda




Y el tercero y último paño a la altura del cruce con las calles Juan Antonio Cabestani y Juan de Mata Carriazo con Luis Montoto. Señalar que este tramo del acueducto servía para salvar el antiguo cauce del arroyo llamado El Tagarete.