VISTA DEL PUENTE

jueves, 10 de noviembre de 2022

LOS CUATROS MONUMENTOS CON LOS QUE SEVILLA RINDE HOMENAJE A COLÓN

No hay quien puede poner en duda que Sevilla es una ciudad rica en historia. Tampoco nadie puede poner en duda de que Sevilla fuera testigo de grandes acontecimientos y de personajes históricos vinculados a la ciudad, de una forma u otra. Mucho menos  su relación histórica con América, convirtiéndose en el epicentro de la Carrera de Indias tras su descubrimiento  y con su descubridor, Cristóbal Colón

Por ello son hasta cuatro los monumentos con los que Sevilla pretende rendir homenaje al Almirante, marcando toda una ruta colombina por la ciudad que hace recordar su vinculo con el descubridor.

Así pues hoy os voy a llevar de paseo por la ciudad para mostraros todos estos monumentos.

El primer sitio que os invito a que visitéis son los Jardines Murillos. Estos jardines en su día formaron parte del Alcázar de Sevilla, hasta que en 1862 fueron donados a la ciudad para que llevara a cabo la ampliación de la feria que se celebraba en el Prado de San Sebastián. Por entonces fueron conocidos como los Jardines o Huerta del Retiro.

Los jardines tal y como los vemos hoy es fruto de la reforma que diseñó Juan Talavera Heredia en 1915. Tres años después, en 1918 y a petición del director del periódico el Liberal adopta su nombre actual, en recuerdo del pintor Murillo, enterrado en su día en la iglesia cercana de Santa Cruz.


En una de sus glorietas es donde encontramos el primero de los monumentos. Este monumento a Colón fue construido a iniciativa de José Laguillo y Bonilla, director del periódico El Liberal y financiado por suscripción popular y por algunas entidades culturales de la ciudad.


Su diseño formado por dos columnas corintias, que sujetan a un león con la bola del mundo entre sus garras derecha, símbolo del poder del Imperio Español. A media altura encontramos una carabela de bronce, con la inscripción de ISABEL en uno de sus lados y FERNANDO en el otro, homenaje a los reyes apodado católicos. Y en su basamento, rodeado por una fuente, encontramos un medallón de con la figura de Colón en uno de sus lados y el símbolo de los Reyes Católicos en el otro lado.


En un primer momento se pensó en montar una estatua de Colón sobre una de las columnas romanas de la calle Mármoles, como así encontramos a las estatuas de Julio César y de Hércules en el lado sur la Alameda de Hércules. Al final se optó por el diseño de Juan Talavera Heredia, con la colaboración de Lorenzo Coullaut Valera, que se encargó de esculpir al León y a Colón



Para conocer al segundo de los monumentos de Colón tenemos que desplazarnos hasta lo que en su día fue el Monasterio de Santa María de las Cuevas o también conocido como el Monasterio de la Cartuja. Este nombre se debe a que fueron miembros de la orden de los cartujos quienes los regentaron desde el años 1400 hasta 28 de Enero de 1810 que huyeron hacia Cádiz por el temor a las tropas francesas de Napoleón. 

En 1812 los franceses son expulsados de Sevilla y los cartujos vuelven al monasterio, permaneciendo allí hasta que fueron expulsados definitivamente por Mendizábal, con su política de desamortización de los bienes de la iglesia el 19 de Febrero de 1836.

 En 1838 Carlos Pickman adquiere el edificio para así comenzar su actividad de fabricación de lozas de Cartuja-Pickman, mundialmente famosas. Tanto fue su fama que Amadeo I lo nombra Marqués de Pickman.


A Colón le sorprendió la muerte un 20 de Mayo de 1506 en Valladolid, cuando seguía a la corte itinerante de Fernando el Católico y esperando a ser recibido en audiencia del rey para reclamar los títulos prometidos por sus hazañas en las Américas. 

Los oficios de su funeral fueron en la Iglesia de la Antigua y sus restos fueron enterrados en la cripta del convento de San Francisco de la ciudad pucelana. Su hijo no quedó conforme, por lo que decidió transportar sus restos tres años después de su muerte hasta el Monasterio de Santa María de las Cuevas de la Cartuja en Sevilla. 

Colón siempre tubo el deseo de ser enterrado en América. Por lo que en 1537 a María de Rojas y Toledo, viuda de Diego Colón, su hijo, le autorizaron los huesos de su esposo y de su padre, dándoles sepultura a ambos en la Catedral de la Isla de la Española, hoy República Dominicana.


Fue la viuda del marqués de Pickman quien manda a construir el monumento como así nos lo recuerda la leyenda escrita en la peana del monumento 

A
Cristobal Colón
en memoria de
haber estado depositadas
sus cenizas desde el año
MDXIII a MDXXXVI
en la iglesia de esta
CARTUJA
de 
Santa María 
de las Cuevas

La marquesa viuda de
Pickman
erigió este monumento
MDCCCXXXVII




Para conocer al tercero de los monumentos dedicados a Colón debemos de dirigirnos al Parque de San Jerónimo, al norte de la ciudad.

Dicho monumento es conocido popularmente como "El huevo de Colón" aunque su verdadero nombre es "El nacimiento del hombre nuevo"
 


Es obra del escultor ruso de origen georgiano Zurab Tserteli y fue un regalo de la ciudad de Moscú a la de Sevilla. Fue construido e inaugurado por Elena de Borbón, por entonces infanta de España en octubre del 1995.


La escultura llegó por mar desde Rusia  hasta la ciudad de Santurce (Vizcaya) y desde allí hasta su ubicación actual por carretera para lo que se usaron hasta siete camiones con remolques y dos vehículos de dimensiones especiales para las piezas mayores.
El conjunto es un gran huevo formado por las velas de las naves  del almirante, en cuyo interior se encuentra Cristóbal Colón sujetando entre sus manos un mapa desenrollado y sobre los cuales transcurren las tres carabelas.



El último de los monumentos es su sepulcro, ubicado en el interior de la catedral de Sevilla, junto a la puerta del Príncipe.


Como ya dijimos anteriormente los restos de Colón fueron trasladados y sepultado en la Catedral de Santo Domingo en lo que hoy es la República Dominicana. 

Perdidos en la guerra de Rosellón con Francia territorios del norte de España, la República Dominicana fue moneda de cambio para la recuperación de estos terrenos. Por lo que hubo de nuevo trasladar los restos de Colón, optando llevarlos a la Habana (Cuba)


Los restos mortales fueron trasladado, llegando a la Habana el 5 de Enero de 1796, donde se le hace entrega a D. Felipe de Trespalacios, obispo de la Habana, quedando depositado en la Catedral.


Tras la independencia de Cuba en 1898, los restos mortales de Cristobal Colón sufriría un nuevo traslado. Con ello se abrió un nuevo debate de donde debería ser llevados, proponiéndose como posibles destinos la Rábida en Huelva, junto al sepulcro de los Reyes Católicos en Granada, en la Mezquita de Córdoba o en el Panteón de los Marinos Ilustres en San Fernando, Cádiz. Fue el descendiente de Colón, el duque de Veragua, quién al final decide que los restos de Colón debería reposar en la Catedral de Sevilla, en el sepulcro que Arturo Mélida realizó para albergar los restos y que en un principio permaneció en la Habana, trasladándose también a Sevilla.



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