VISTA DEL PUENTE

miércoles, 1 de mayo de 2019

QUIEN FUE A SEVILLA, PERDIÓ SU SILLA


Todos podemos llegar a comprender este refrán, muy usado, por cierto. Todos seguramente tenemos en nuestra memoria cuando eramos pequeños y nuestro hermano mayor , ocupaba un sitio mas privilegiado en el salón delante de la TV para ver los dibujos animados. Esperabamos que se levantase para ir al baño y al grito del refrán, ocupabamos su lugar.


Este refrán está basado en un hecho histórico. Durante el reinado de Enrique IV (1454-1474), rey de Castilla, se concedió el arzobispado de Santiago de Compostela a Alonso de Fonseca "El mozo", sobrino que era del por entonces arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca "el viejo"

Por esas fechas se vivía epocas de revueltas en Santiago de Compostela, que el inexperto joven no sabia como apaciguar. Por ello pidió ayuda a su tío y este muy gustoso aceptó. Decide ocupar el arzobispado en lugar de su sobrino hasta que se calmara la situación, por ello parte de inmediato hacia Santiago, dejando a su sobrino al cuidado de sus funciones en la diósesis hispalense y por ello ocupando de forma eventual, en principio, la silla arzopispal de Sevilla.

Una vez calmada la situación en Santiago de Compostela, Alonso de Fonseca "El viejo" quiso volver a Sevilla y restablecer sus funciones como arzopispo  y que su sobrino hiciera lo propio con la de Santiago de Compostela. Pero para su  sorpresa se encuentra que su sobrino se niega a abandonarlo, ya que le era plaza mas agradable. Para que todo volviera a su cauce, fue necesario recurrir a la intermediación del Papa Pio II y del rey. Llegando a buen fin, no sin antes con la detención de algunos afines al sobrino.



De esta leyenda se deduce que el origen del refrán pudo ser al contrario de lo que llega a nuestros días, es decir "Quién se va de Sevilla pierde su silla" 

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